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Arpías

 
 
 

Una de las motivaciones más importantes que tuvieron los zoólogos humanistas del siglo XVI, excesivamente aduladores de la Antigüedad, consistió, precisamente, en identificar los animales, plantas y minerales mencionados por los autores clásicos. Muchos de estos animales nunca habían llegado a existir y sus imágenes obedecían a otras especies a veces mutiladas o erróneamente descritas.

Más de un naturalista, sin embargo, intentó encontrar en su propio país, con fines de crítica textual, las plantas y animales mencionados en las obras clásicas.

Baltasar Ricardo fue uno de los autores murcianos que con más empeño trató de encontrar alguno de los animales descritos en esas obras. Entre los seres a los que con más ahínco se dedica están las arpías. Las arpías eran mujeres aladas conocidas principalmente por robar o llenar de excrementos la comida del rey ciego de Tracia, Fineo, antes de que éste pudiera probarla.

Obsesionado por la obra Teogonía de Hesíodo y por la Ilíada de Homero, y en la creencia de que las arpías en ellas citadas fueron seres reales, inicia un viaje por las islas griegas y más tarde por el continente africano, en busca de las aves con cabeza humana. La parte de su cuaderno de campo dedicada a las Rara avis. Arpiae ofrece un testimonio iconográfico muy interesante de algunas de las subespecies que encontró.