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Estudio sobre la manera de comer pipas

 

En todas partes había niños, señoras y caballeros con las manos llenas de semillas de girasol, las partían con maravillosa destreza girándolas con los dedos entre los dientes para separar la simiente de su corteza. Permanecían así durante horas, con las miradas perdidas, haciendo un ruido como de clic-clac extraño y característico. Al terminar aquél ritual las plazas quedaban adornadas con un manto blanquecino de cáscaras. Aquello se repetía de pueblo en pueblo y de plaza en plaza.

Paul White. Uno viaje a la España para de saber los costumbros. 1966

No se conoce bien el origen de la tradición intrínsecamente española de comer pipas sentados en los respaldos de los bancos de madera ubicados en las plazas de pueblos y ciudades de la geografía nacional. Aunque existen teorías que lo justifican defendiendo que el hombre no desciende realmente del mono sino del loro e incluso de la cacatúa, lo cierto es que se ha dado poca credibilidad a las mismas.

Desde 1955, año en que llegó la primera pipa a Tarancón, han sido notables las incursiones en el estudio de este campo. Destacamos las elucidaciones realizadas en los años 70 por la Sociedad Transmanchega de la Pipa del Girasol que nunca llegaron a ser concluyentes: Lección de algebra en una plaza de pueblo y Estudios de la caída aleatoria de pipas en una plaza de pueblo.