Expuesta por primera vez como serie en la galería Max Estrella (1996), algunas de sus piezas arrancan de un proyecto anterior, Entre el gesto y el museo, que vio la luz en 1992 en la Sala de exposiciones de Avenida de América. La serie se articula sobre la idea de seriación vinculada al museo y a los objetos en ellos contenidos, también sobre el valor como contenedores de tiempo e historia que éstos tienen. El objeto es protagonista de cada una de las obras, siempre aparece seriado, repetido, ordenado; pero, al contrario que ocurre con las ordenaciones museísticas –mucho más asépticas-, también se encuentra inmerso en una narrativa muy definida o formando parte de una escenografía literaria: una calle de El Cairo, una antigua farmacopea, un mapa de África. Todas esas escenografías nos remiten a una historia y a un tiempo diferentes a los que le son intrínsecos a los objetos utilizados. No se trata tanto de descontextualizar al objeto sino de convertirlo en actor de una nueva historia.